miércoles, 28 de agosto de 2013

Un nanosegundo

Este verano, viendo una serie bastante buena llamada "Touch", dónde un niño autista se comunica y puede predecir el futuro mediante los números. Es algo complicado de entender en un inicio, pero se basa en el principio de un patrón matemático que hace conectar los acontecimientos, pero lo que más me llamó la atención fue el siguiente argumento: "Es inútil resistirse al cambio, queremos y creemos que las cosas han de ser, incluso permanecer inalterables, pero la verdad es que cada nanosegundo que pasa es distinto al anterior, y así sucesivamente". 
Esta reflexión nos dice que queramos o no, los cambios van a suceder, sencillamente porque en el universo los cambios son continuos. Por lo tanto hemos de pensar que o nos adaptamos a ellos, o ellos nos harán cambiar.
Sin embargo, a nosotros no nos gusta cambiar: de residencia, de hábitos, de profesión, de amistades, aunque inevitablemente, si recapacitamos, hemos realizado muchos cambios en nuestras vidas, pero nos asustan los que nos quedan por hacer en el futuro.
Hoy en día, vemos que las acontecimientos nos desbordan, parece que todo va demasiado deprisa y cuando empezamos a mentalizarnos, a adaptarnos, aparecen otros acontecimientos que nos  hacen ver que hemos de volver a reorganizarnos; lo que muchas veces, llegamos a pensar en recluirnos en algún monasterio y que pase el  tiempo. Por desgracia, somos profesionales, empresarios, tenemos responsabilidades, por lo que no podemos abandonar, ya que nuestras decisiones no solo nos afecta a nosotros.
Ahora vivimos en un momento económico complicado, pero muy movido en lo relativo a los cambios, las reacciones y multitud de variables que pueden cambiar la orientación de las empresas, a la vez que los mercados financieros en todo el mundo (en el momento de escribir estas lineas, se esta organizando un ataque por parte de USA a Siria), para lo bueno o para lo malo. Según las circunstancias que vayan apareciendo, se deben de tomar unas u otras decisiones, con la gran incertidumbre por saber si estamos haciendo lo correcto o no.
Este desenfreno de acontecimientos hace que siempre estemos en vilo, incluso frenéticos ante los acontecimientos que van apareciendo. Y muchas veces hemos de apostar por un proyecto, un producto, un evento, etc, que puede ser interesante profesionalmente, sin embargo cualquier cambio, aunque sea indirecto a nuestra actividad puede hacer que todo se vaya al  traste. Por ejemplo, el próximo día 7 de Septiembre se elige a la ciudad que organizará las olimpiadas para el 2020, pensemos los cambios que ocurrirán si (en el caso de España), fuera Madrid la elegida......O si por el contrario fuera otra ciudad. Quizás debamos de pensar que cuando afrontamos los cambios, muchas veces hay mucho que ganar y poco que perder.....