viernes, 13 de septiembre de 2013

Consejo Olimpico Internacional (COI)

Hace menos de una semana, el COI se reunión en Buenos Aires para elegir entre tres ciudades candidatas (Madrid, Estambúl y Tokio), cual sería la elegida para organizar los juegos olimpicos en el año 2020. El fallo ya lo sabemos, con pesar para los que apostamos por Madrid, porque será Tokio la afortunada (o no) de organizar dichos juegos. Lo que no tengo claro cuales son los motivos de la elección de una ciudad u otra, e intentaré explicarme.
Cuando se entregan los proyectos hay unos inspectores que estudian al detalle las características de cada ciudad, sus puntos fuertes y sus puntos débiles, algo lógico porque unos juegos necesitan una buena organización a todos los niveles porque es una competición que participan casi todos los países del mundo, en casi todas las especialidades deportivas, en un corto periodo de tiempo. Una vez realizada esta inspección, cada candidata recibe una puntuación técnica (mejor a peor preparación). Hasta ahora vemos que es un método más o menos objetivo.
Sin embargo, la decisión final la toman unos 100 compromisarios de diferentes países, con diferentes criterios, y como veremos más adelante, diferentes intereses (tanto políticos como económicos). Y la sopresa salta cuando la elegida no ha sido la mejor preparada técnicamente hablando, y no es algo puntual, sino que se esta convirtiendo en algo habitual. Por lo que se observa, las delegaciones muestran cada vez más un intervencionismo de lo puramente económico que lo técnico.
Si repasamos un poco las últimas elecciones de las candidatas;  para el 2012 se presentaron París, Londres y Madrid. La primera y la última tenían mejor puntuación y la mayor parte de la inversión realizada, pues sorprendentemente ganó la tercera de discordia, que todo su proyecto estaba más en el ordenador que en la realidad. Para el 2016, llegaron a la final Río de Janeiro y Madrid, la segunda ganaba por goleada en la puntuación técnica, sin embargo ganó la ciudad brasileña, por todos conocida por su escasez de infraestructuras y sus problemas de seguridad. Por último, esta semana ganó Tokio, que estaba a la par de en puntuación con Madrid, pero la sopresa es que esta última no paso a la final, ya que salio Estambúl que tenía peor puntuación.
Ahora bien, se han escrito ríos de tinta sobre las razones de las elecciones de una u otra candidata. Sin embargo, hay que aclarar que estamos hablando de una organización privada, la cual mueve miles de millones de dólares en un evento que es planetario. Por ello el peso económico ha ganado cada vez más peso. Ya no importa demasiado si la organización saldrá bien o mal, sino la cantidad de negocio que esa candidata puede aportar para el movimiento olímpico. Pensemos que Madrid ha presentado el 80% de las infraestructuras ya realizadas, pero es más interesante que otra ciudad presentara la opción contraria, que faltaban más de ese porcentaje por hacer, lo que genera un mayor volumen de negocio para cualquier tipo de empresas, que son las que apoyan al comite olímpico (directa o indirectamente). Como vemos, el concepto técnico pierde un gran peso (ese esfuerzo deja se ser una ventaja, algo injusto), por lo que las presentaciones que hemos visto pasan a un segundo plano, siendo más eficiente el trabajo entre bastidores, lo cual Madrid ha sido derrotada en las últimas tres ocasiones.
Para que nos demos una idea sobre este peso económico, la FIFA (Federación Internacional de Fútbol), elogío para el 2022 el emirato árabe de Qatar, para el verano de ese mismo año. Ahora dicen que quieren cambiar las fechas del evento deportivo, ya que las altas temperaturas desaconsejan la práctica de cualquier deporte. Por lo que vemos, ha prevalecido el criterio económico al técnico, ya que cualquiera sabe que el clima en verano en esa parte del mundo es insoportable.
Ahora bien, es rentable o no ser una ciudad olímpica, a corto plazo si lo es, por el negocio que se crean en la construción de las  infraestructuras deportivas y sociales, el empleo que se va a generar, tanto directo como indirecto, y sobre todo en el turismo para esa ciudad  cuando lleguen los juegos con la cantidad de visitantes. Ahora bien, esas inversiones, después quedan en el olvido, como han pasado en muchas ocasiones, y no solo en las olimpiadas, sino en otros eventos internacionales.
Como podemos ver, esto es solo un problema de la ciudad organizadora, que será la encargada de sacar una rentabilidad a medio y largo plazo, pero al COI, solo le interesa el rendimiento que esa candidata puede ofrecerle en el corto plazo. Casi, y es mi opinión personal, más que una elección, creo que se va pareciendo más a una subasta para saber quien va a salir elegida......