jueves, 20 de diciembre de 2012

¿El fin de la globalización?

Una vez caído el muro de Berlin, empezó una nueva era, tanto en lo económico como en lo social. Ya no había dos bloque antagónicos, rivalizando en todas las cosas para ver quien ganaba una locura de guerra, bajo las amenazas de una guerra nuclear. Porque la Europa del Este no pudo contrarrestar el enorme gasto militar, cuando la población pasaba grandes penurias.
Después de un pequeño periodo de incertidumbre, los Estados Unidos se convirtieron en los grandes líderes mundiales, siendo el nuevo imperio sobre la tierra, pero el dominio ya no tendría porque ser militar, el económico es mucho más importante, y las grandes empresas empezaron a pensar en el concepto de poder vender sus productos y/o servicios a todo el mundo.
Sin embargo, había que salvar el gran problema de los costes de producción, ya que la mano de obra occidental era y es menos competitiva que la oriental, unido a la gran diferencia de población de ambas latitudes, y mayor porcentaje de público objetivo, se decidió trasladar la gran parte de la producción a países como: China, la India, Vietnam, etc.
Hoy en día, la casi exclusiva fabricación de cualquier producto, es de China, ya que el coste laboral es muy bajo y al ser los precios en occidente mucho más altos, el negocio estaba claro. Ahora bien, sabemos que la estabilidad económica de los países se basa en sus rentas per capitas, o lo que es lo mismo, que una buena porción de la población sea de clase media, algo que en estos países productores es muy deficitaria.
Este cambio de política económica ha llevado a una destrucción de empleo en algunos países occidentales, que se han visto obligados a cambiar su modelo económico a comercializar sobre todo servicios, al no ser competitivos en productos agrícolas y industriales principalmente. Sin tiempo apenas para reaccionar, se ha pasado a una especulación y a una artificial forma de generar recursos, que ha hecho que esas economías, paulatinamente hayan tenido que endeudarse para mantener los niveles de consumo.
Ahora se nos plantean dos grandes problemas: por un lado los países productores han de consumir gran parte de su producción, porque gran parte de occidente no tiene suficiente liquidez, ni crédito para seguir comprando dicha producción. Y los países consumidores, para poder recuperarse, han de empezar a volver a producir para generar riqueza que haga resurgir la bonanza económica.
De esta manera, habría suficiente clase media para poder soportar y dar continuidad a ambos mercados, aunque no es tan sencillo llegar a este escenario. Por una parte, para que China y otros países productores puedan consumir, se tendrían que subir los costes laborales, lo que haría el negocio menos rentable, sobre todo si no se han amortizado las  inversiones realizadas, pero algo se ha de hacer por las enormes diferencias sociales que están apareciendo en dichos países. Por otro lado, en occidente tendría que haber un proteccionismo o restricciones para que esos productos, la mayoría chinos, fueran más caros, y así ser más competitivos los productos autóctonos, una decisión que me temo que se tendrá que tomar a tenor de el gran empobrecimiento de la calidad de vida occidental.
Al final, es posible que vuelva a ver dos grandes superpotencias que compitan entre si, al ser imposible que exista un mercado único para todo el globo. Sencillamente porque cada país y cada persona tiene una filosofía de de vida totalmente distinta.........

miércoles, 12 de diciembre de 2012

La realidad informatizada

Según unas de las últimas teorías científicas, hablan sobre la posibilidad de estar viviendo una realidad virtual, es decir, como si viviéramos en un mundo regulado por un gigantesco programa de ordenador. Algo parecido a la trilogía Matrix.  Si nos paramos a pensar y si vemos los documentales actuales de carácter científicos, ya se están hablando de diferentes dimensiones y de espacios paralelos, por lo que un mundo desde un punto de vista informatizado, tampoco parece descabellado, aunque asuste, que estemos viviendo algo que no sea del todo real; porque lo que llamamos real es lo que sentimos ahora mismo.
Sin embargo, si que hay como un entramado a nivel económico, no ya dirigido por programas informáticos, sino que estamos ya tan acostumbrados al dinero electrónico, que ya no nos preguntamos de donde sale ese dinero, quien lo cubre, que cobertura real tiene todos esos movimientos de millones de euros que alegremente se hablan de rescates, compras y ventas de empresas, inversiones, etc.
Pero lo más preocupante es la respuesta ciudadana, casi como si estuviera programada, como si la respuesta de la masa social estuviera premeditada o por lo menos esperada, como en una partida de ajedrez, cuando la máquina se adelanta siempre a nuestra jugada.
Lo que no sabemos es quien es el programador o el controlador de dicho programa, quien o quienes manejan los hilos de tal programa. Aunque en todo lo que realice el ser humano, siempre habrá errores y es posible que algunas veces dicho programa empiece a funcionar mal o responder de forma no esperada. Sobre todo cuando se abusa de varios parámetros, como que aquellos que menos responsabilidades tienen de los desmanes económicos, son aquellos que la final tienen que pagar las facturas y sufrir las penurias para que llegue todo a un equilibrio medianamente lógico. Digo lógico porque depende de que lógica se esté empleando en la creación y la gestión del dichoso programa.
Al final, el abuso de la tecnología puede volverse en contra de sus creadores, como en las revoluciones que en muchas veces han terminado por devorar a los precusores de la misma. En muchas ocasiones, el monstruo termina engulliendo a su creador o el discípulo sabe más que su maestro. Por eso veo que la confianza es una mala pasajera, que tantas aperturas y sacrificios se va a convertir en un bomberang para los que lo han lanzado previamente, creyéndose a salvo de todo mal.
No sé si vivimos en un mundo dominado o un mundo teledirigido, dónde nuestras actividades están reguladas o monitorizadas, pero sé que la rebeldía y el querer ser dueño cada uno de su destino es algo más fuerte que cualquier control. Es algo tan humano que cuanto más control se quiera ejercer, tarde o temprano llegará una respuesta negativa.
Esperemos que el programa no se colapse, como pasa con Windows y después se tenga que reiniciar el ordenador.......

lunes, 3 de diciembre de 2012

La economía pone en peligro la democracia?

En los últimos tiempos estamos escuchando multitud de noticias relacionadas con la economía y sus relaciones entre determinados países, por no decir todos. Sin embargo, vemos con asombro que esta situación justifica algunas decisiones que muchas veces rozan la legalidad o legitimidad democrática, imponiéndose medidas a todas luces injustas para la mayoría de los ciudadanos.
Es obvio que ha habido una excesivo uso de la deuda bancaria para todo tipo de proyecto empresarial, público, e incluso personal, en la sociedad: compra de material, obras públicas y sobre todo vivienda a base de créditos a muy bajos intereses y, sobre todo, sin ningún tipo de traba por parte de las entidades financieras. Al final tanta borrachera ha derivado a un alto grado de riesgo, lo que ha puesto en peligro al mercado financiero en su conjunto. Pero la pregunta es obvia. ¿Quien fue el culpable, el que pidió el crédito o quien lo concedió?.
A mi entender toda acción empresarial conlleva un riesgo, y ese riesgo hay que asumirlo, o por lo menos es lo que les ocurre a la mayor parte de los empresarios. Si un banco me concede un préstamo, habrá pensado de antemano los riesgos que conlleva dicha operación, y su pérdida, sin duda, es la imposibilidad de poder hacer frente a los pagos del mismo. He aquí que, por pura codicia, se conceden multitud de créditos con el afán de ganar la máxima cuota de mercado, y con la consiguiente rentabilidad al hacer total la dependencia de la sociedad ante los bancos.
Pero con un mercado globalizado, el negocio real consistía en la compra-venta de productos financieros entre las empresas. Al final no se sabia ni se sabe dónde están los préstamos rentables de los impagados. En definitiva, se ha convertido en un gran problema mundial al estar todo el mundo endeudado con todo el mundo. Y como la solvencia privada es imposible de ser cobrada, se asigna la responsabilidad subsidiaria a los poderes públicos, es decir, a los gobiernos.
Ante ese miedo de impagos, las grandes empresas financieras, ayudadas por organismo internacionales de carácter económico (FMI, Banco Mundial, OCDE, etc) han impuesto a los países morosos, presionando a sus gobiernos unas duras condiciones económicas, llamados, como todos sabemos, recortes. Los cuales recaen en servicios mínimos para la ciudadanía, y sobre todo, en cuestiones básicas para la posible recuperación de dichas naciones.
La población observa absorta como sus gobiernos acatan unas condiciones tan abusivas que empobrecen y lo que es peor, ponen en peligro a las siguientes generaciones. Y no hay posiblidad de salida, ya que las alternativas al poder están comprometidas con dichas medidas. El problema radicará que es posible que tanto descontento pueda desembocar en alborotos y conflictos, que serán dificiles de preveer en como acabarán. Un ejemplo es actualmente Grecia, que si siguen las actuales condiciones (ya llevan tres rescates durisimos), terminará, ojalá me equivoque, en un posible golpe de estado, pensemos que las primaveras árabes están a la vuelta de la esquina.
Resumiendo, los conflictos más cercanos en el antiguo siglo XX, fueron consecuencia de democracias débiles que no supieron resolver los problemas que sus sociedades tenían, lo cual fue aprovechado por totalitarismos. Las consecuencias de la famosa crisis de 1929, fue la aparición del fascismo en Europa y más tarde, la segunda guerra mundial. Espero que la historia no se repita......

lunes, 26 de noviembre de 2012

El problema del salario

Todos sabemos que la economía es un ciclo dónde las empresas ofrecen sus productos y/o servicios a los consumidores, pero la producción de dichos productos y servicios vienen a ser realizados por trabajadores, los cuales reciben una contraprestación por su trabajo a lo que llamamos sueldo o salario. De este modo, los consumidores con esa retribución pueden comprar, por lo que el circuito del dinero sigue fluyendo.
Anteriormente no existía el dinero como tal, las retribuciones o pagos se hacían a través del trueque, con materiales que subjetivamente tendrían un mismo valor o una equivalencia aproximada. Fueron los romanos los cuales empezaron a utilizar la sal, como el comienzo de lo que más tarde denominaremos moneda, dando a este ingrediente culinario un valor, más o menos estable, para poder pagar o vender cosas. De ahí viene el vocablo salario, ya que los legionarios cobraban sus retribuciones en sal. Más tarde irrumpió la moneda como formula de cambio, hasta nuestros días.
A partir de ese momento, ya no era solo sinónimo de riqueza el tener más posesiones también el tener mayor acumulación de monedas, lo que llamamos hoy en día,  liquidez para poder pagar. De este modo, cuando mayor salario percibe un trabajador, mayor capacidad tendrá para hacer frente a sus necesidades, lo que se llama capacidad de renta y sobre todo poder aquisitivo.
Como estamos viendo, a lo largo de la historia, ha habido momentos de bonanzas y de crisis, aunque casi siempre, tanto los recursos naturales como monetarios han estado en pocas manos. Solo cuando la mayor parte de la población tiene una mayor capacidad de compra, bien propia o a crédito, el consumo tiende a subir en los países o zonas geográficas donde se detecta ese aumento de poder aquisitivo.
Ahora mismo, nos encontramos peligrosamente en un ciclo negativo, ya que el trabajador esta observando que no solo su salario ha menguado (han bajado los sueldos, en algunos casos, a la mitad que hace 10 años), sino que su seguridad para poder aumentar sus "monedas", se ha visto muy mermada por dos razones: la inseguridad laboral y sobre todo el aumento lento pero significativo de los precios.
Por este motivo, son las clases medias las que más fortalecen el consumo; y sin este consumo no hay ventas, sino hay ventas las empresas no tienen suficiente liquidez, ni para invertir y sobre todo para poder pagar a sus proveedores, lo que nos lleva a un ciclo negativo o un circuito, que cada vez lleva menos agua para regar el jardín económico.  Para nuestra desgracia, se observa que se pretende que ese jardín sea igual de floreciente o más, con cada menos cantidad del liquido elemento.
Ya explicado en el anterior post las catástrofes que ocurrirán en el futuro, pero me pareció un suicidio económico el endeudamiento masivo, lo cual se traduce que nunca se podrá pagar esa deuda, pero también lo es la desinversión, y sobre todo, la caída en picado del empleo; al verlo todo desde un prisma de coste y no de inversión de futuro. Esperemos que dentro de poco vuelva un ciclo positivo, que de más agua al circuito, o por el contrario, los precios se tendrán que hundir, al ser imposible que con la renta actual la población pueda comprarlos.

lunes, 19 de noviembre de 2012

El tsunami gris

En los años 60 hubo un aumento espectacular de la natalidad en España, sobre todo cuando se estabilizó la economía y se llego a un acuerdo con los Estados Unidos por las bases militares. Esa bonanza económica llevo a un gran optimismo, después de una guerra civil y el posterior aislamiento que tuvo el régimen anterior.
Sin embargo, pasado los años, hemos tenido un fuerte descenso de nacimientos, obteniendo una natalidad 0, y a ese pequeño número de alumbramientos se ha intentado de paliar con un gran flujo migratorio a nuestro país.
Ahora mismo, nos encontramos con el pinchazo de unas décadas de abundancia, en parte ficiticia, con un sentimiento de riqueza que podría acercarse a lo eufórico. Pero, cuando se piensa a corto plazo y se empiezan a bajar los salarios, y sobre todo, a extenderse la precariedad laboral, no solo vamos a disponer de menos renta hoy, sino que el gran problema lo tendremos mañana.
La mayor parte de las pensiones se consiguen gracias a las aportaciones de los contribuyentes a la Seguridad Social, pero para ello, ha de haber empleo y empresas que los puedan crear, y por desgracia, no es el escenario que estamos viendo actualmente. Porque si seguimos la misma tendencia, la ciudadanía va a empezar a priorizar sus pagos según sus necesidades más básicas, tales como, la comida, la vivienda, la ropa, etc; dónde los gastos menos necesarios o caprichos serán los primeros en suprimirse. La mala noticia es que los precios son cada vez más altos, sobre todo en los pagos más importantes, como la energía y la alimentación.
Nos encontramos con utopía del ahorro para poder pensar en la jubilación, sobre todo si el sujeto pasa varias temporadas en desempleo, con los contratos cada vez de menor duración, harán imposible llegar a muchas persona al mínimo de tiempo necesario para poder optar a una supuesta pensión. Y si por otro lado,  si no ha podido ahorrar, tampoco tendrá una pensión privada.
Pero, como hemos visto antes, las pensiones están garantizadas si hay un mínimo de cotizantes, y como en el futuro la población será más abultada en la parte superior de la pirámide, nos llevará a que será imposible poder mantener a tanta población jubilada.
Por lo tanto, esta crisis que estamos pareciendo, puede ser un simple aperitivo de lo que nos puede ocurrir dentro de 2 a 3 décadas. Algunos opinan en retrasar la edad de jubilación, pero nos encontramos que cuando un profesional cumple más de 45 años es muy improbable que vuelva a ser contratado, sobre todo con la mentalidad y la realidad del mercado laboral actual. El verdadero problema serán las generaciones venideras, a no ser que tengan sueldos generosos y estabilidad laboral, tendrán difícil poder sustentar tal peso, porque apenas podrán tener suficiente recursos para ellos mismos.
Para reflexionar, la actual política laboral no es solo hambre para hoy, sino que pueden traer un verdadero tsunami económico y social, sino se cambia de rumbo. Siento ser pesimista, pero viendo que las decisiones que se han tomado (por eso estamos en crisis) y las que se están tomando (recortes), no me parece que vayamos en el sentido correcto. Como siempre, espero equivocarme en mis reflexiones.......

sábado, 10 de noviembre de 2012

Reflexión sobre la ciencia

Todos sabemos la importancia que tiene el saber, los descubrimientos. Es parte de la propia naturaleza humana el hacerse preguntas, el tener curiosidad para saber de donde vienen y a donde, que son y por que son, y sobre todo, porque suceden las cosas y como podemos prevenirlas.
Siempre hay un lado positivo y otro más bien negro en las utilidades de la ciencia, me refiero la rama bélica del ser humano, la cual siempre ha buscado la máxima efectividad, de como se puede aniquilar más rápidamente al prójimo. Recordemos la imagen de cualquier explosión atómica y nos daremos cuenta hasta donde puede llegar el ser humano a destruirse a si mismo, ya que menos le importa aniquilar todo lo demás.
Curioso es saber que para esta parte de la ciencia, siempre ha habido fondos y sobre todo creatividad para descubrir nuevas armas. Cierto es, aunque nos disguste, el carácter guerrero del Homo Sapiens, viene desde los principios de los tiempos. Hay una frase de Enstein que lo dice todo: "No sé como será la Tercera Guerra Mundial, pero sé que la Cuarta será con palos y piedras". Lo que nos da una clara visión pesimista del ser humano.
Otro handicap en el mundo científico, no es otro que problema financiero y sobre todo los intereses mercantiles que conlleva todo descubrimiento. Recordemos que desde hace dos siglos, la humanidad se ha desarrollado de forma vertiginosa, ya la ciencia, no sólo genera adelantos al bienestar a la raza humana, también grandes beneficios a las empresas que los comercializan. No tengo nada que objetar sobre la cuestión, soy un profesional del marketing y creo que todo esfuerzo merece ser recompensado, las empresas quieren beneficios de sus inversiones. El problema viene el uso ético de ciertos avances y de usos de los mismos. Pensemos en el gran poder que resulta tener un avance o lo que es peor, el parar por razones económicas y estratégicas, inventos favorables, tanto para el hombre, como para el medio ambiente. Hay patentes controladas por grupos energéticos, que no desean que salgan a la luz, porque sencillamente les arruinaría el negocio. Sin embargo, lo más deplorable, es uso de la fatalidad ajena para hacer  negocio. No solo usando a cobayas humanas, que si bien es cierto, son consentidas, no hay nada que objetar. Pero se han realizado experimentos nucleares y médicos, sin consentimiento de la población, lo cual, aunque haya sido probado, no ha sido lo sufiencientemente condenado.
También, existen estudios interesados por grupos comerciales, para promocionar o desligitimar, un tipo de producto, un invento o sencillamente alguna teoría científica, y no sólo por razones económicas, sino reacciones de envidia o de egos humanos, ya que es evidente que es más fácil desautorizar y criticar que aconsejar y motivar, aunque no sea este en el camino correcto.
Me refiero a una corriente científica, que si bien utiliza la duda metódica de Descartes, la cual nos indica que hay que dudar de todo, se utiliza una negación de todo aquello que no corresponda con el orden establecido, o simplemente sea algo extraño. Porque es más fácil desconfiar de los desconocido, que intentar averiguar e investigar de lo que se trata.
Para finalizar, la ciencia nos ha servido para abrir los ojos y ser más avanzados tecnológicamente, para lo bueno y para lo malo, pero se detecta cierto conservadurismo o resistencia a los cambios, como por ejemplo, cuando saltó la noticia que unos neutrinos habían superado la velocidad de la luz, lo que más me llamó la atención fue el feroz ataque a la noticia, parecía más una reacción religiosa que científica. En parte, observo cierta comodidad en alguna facción de científicos, pero también los hay algunos locos que son, como a lo largo de la historia, los que consiguen descubrimientos que harán cambiar a la humanidad.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Vida real o vida ideal



Como se suele decir, la vida da muchas vueltas, o más bien somos nosotros la que damos vueltas alrededor de nuestras vidas. La verdad, sin duda, que una cosa es como queremos vivirla y otra es como la vivimos. Parece un juego macabro en el cual no sé si soy el protagonista o simplemente un espectador. Lo único que se, es que por una parte intento decidir por mi mismo las acciones que quiero tomar, pero por otra, surgen circunstancias que hace que las que tome, no sean para nada las deseadas. 
Por eso mismo, en la historia de la humanidad ha surgido como una lucha entre las necesidades y los deseos. Bien porque nunca hemos podido ser lo suficientemente libres del todo para poder elegir, o porque una vez que hemos elegido nos sentimos insatisfechos. 
He ahí cuando las circunstancias nos obligan a replantearnos cuales pueden ser los rumbos que hemos tomar, según la situación que tengamos en el enorme mar de la existencia. Sobre todo porque nos vemos limitados cada vez más por dos grandes maldiciones: el tiempo y el dinero. 
El primero nos limita las propias acciones, porque en un principio creemos que tenemos todo el tiempo del mundo, pero más tarde nos damos cuenta de que nos faltan horas para hacer todo lo que quisieramos. Y la gestión de ese tiempo, que inexorablemente se escapa. 
Por otro lado, tenemos: "El poderoso caballero, llamado don dinero", como decía le maestro Quevedo. El cual puede hacer y deshacer a su antojo, el cual puede y realmente lo consigue, que nuestros pasos en la vida, sea de una manera u de otra. 
He aquí el dilema de seguir una vida social o espiritual, si se quiere denominar así, o seguir una vida económica, donde lo más importante es lo material. Vales según tu cuenta corriente, tus posesiones o tu nivel social, o en algunos casos, tu profesión. 
Hay muchas formas de dar sastisfación a la propia vida, sentirnos llenos o sentirnos vacíos, según la filosofía a la cual queramos pertenecer.
La cosa se complica cuando nuestras decisiones no solo nos afectan a nosotros, sino que la vida de terceras personas están en nuestras manos, donde las decisiones y acciones que realizamos, no solo nos afectan personalmente, sino que también a esas personas pueden quedar marcadas por las mismas. 
En ese caso, la vida económica es cada vez más importante, más crucial, ya que perseguimos, no solo una satisfacción a corto plazo o placentera, también buscamos una seguridad a largo plazo. El futuro no esta garantizado para nadie, pero queremos llegar a los últimos días con un nivel de vida aceptable, y que nuestra descendencia pueda tener la oportunidad de poder tomar sus decisiones desde una posición menos traumática, o por lo menos, con las máximas garantías de éxito. 
Es cierto que en el mundo occidental no hayamos decantado por lo material, sobre la imagen, sobre el que dirán. En una dictadura de un éxito rápido, bello y sobre todo suntuoso. Aunque al final sentimos un vacío de no saber si con eso es suficiente, porque morir, moriremos todos algún día. Y por desgracia, es raro que alguien este realmente contento con la vida que haya tenido. Porque al final, siempre estaremos INSATISFECHOS. En definitiva, en mi opinión, si uno tiene la conciencia tranquila, de no solo lo que ha hecho, sino por lo que ha intentado hacer, es suficiente.