lunes, 26 de noviembre de 2012

El problema del salario

Todos sabemos que la economía es un ciclo dónde las empresas ofrecen sus productos y/o servicios a los consumidores, pero la producción de dichos productos y servicios vienen a ser realizados por trabajadores, los cuales reciben una contraprestación por su trabajo a lo que llamamos sueldo o salario. De este modo, los consumidores con esa retribución pueden comprar, por lo que el circuito del dinero sigue fluyendo.
Anteriormente no existía el dinero como tal, las retribuciones o pagos se hacían a través del trueque, con materiales que subjetivamente tendrían un mismo valor o una equivalencia aproximada. Fueron los romanos los cuales empezaron a utilizar la sal, como el comienzo de lo que más tarde denominaremos moneda, dando a este ingrediente culinario un valor, más o menos estable, para poder pagar o vender cosas. De ahí viene el vocablo salario, ya que los legionarios cobraban sus retribuciones en sal. Más tarde irrumpió la moneda como formula de cambio, hasta nuestros días.
A partir de ese momento, ya no era solo sinónimo de riqueza el tener más posesiones también el tener mayor acumulación de monedas, lo que llamamos hoy en día,  liquidez para poder pagar. De este modo, cuando mayor salario percibe un trabajador, mayor capacidad tendrá para hacer frente a sus necesidades, lo que se llama capacidad de renta y sobre todo poder aquisitivo.
Como estamos viendo, a lo largo de la historia, ha habido momentos de bonanzas y de crisis, aunque casi siempre, tanto los recursos naturales como monetarios han estado en pocas manos. Solo cuando la mayor parte de la población tiene una mayor capacidad de compra, bien propia o a crédito, el consumo tiende a subir en los países o zonas geográficas donde se detecta ese aumento de poder aquisitivo.
Ahora mismo, nos encontramos peligrosamente en un ciclo negativo, ya que el trabajador esta observando que no solo su salario ha menguado (han bajado los sueldos, en algunos casos, a la mitad que hace 10 años), sino que su seguridad para poder aumentar sus "monedas", se ha visto muy mermada por dos razones: la inseguridad laboral y sobre todo el aumento lento pero significativo de los precios.
Por este motivo, son las clases medias las que más fortalecen el consumo; y sin este consumo no hay ventas, sino hay ventas las empresas no tienen suficiente liquidez, ni para invertir y sobre todo para poder pagar a sus proveedores, lo que nos lleva a un ciclo negativo o un circuito, que cada vez lleva menos agua para regar el jardín económico.  Para nuestra desgracia, se observa que se pretende que ese jardín sea igual de floreciente o más, con cada menos cantidad del liquido elemento.
Ya explicado en el anterior post las catástrofes que ocurrirán en el futuro, pero me pareció un suicidio económico el endeudamiento masivo, lo cual se traduce que nunca se podrá pagar esa deuda, pero también lo es la desinversión, y sobre todo, la caída en picado del empleo; al verlo todo desde un prisma de coste y no de inversión de futuro. Esperemos que dentro de poco vuelva un ciclo positivo, que de más agua al circuito, o por el contrario, los precios se tendrán que hundir, al ser imposible que con la renta actual la población pueda comprarlos.

lunes, 19 de noviembre de 2012

El tsunami gris

En los años 60 hubo un aumento espectacular de la natalidad en España, sobre todo cuando se estabilizó la economía y se llego a un acuerdo con los Estados Unidos por las bases militares. Esa bonanza económica llevo a un gran optimismo, después de una guerra civil y el posterior aislamiento que tuvo el régimen anterior.
Sin embargo, pasado los años, hemos tenido un fuerte descenso de nacimientos, obteniendo una natalidad 0, y a ese pequeño número de alumbramientos se ha intentado de paliar con un gran flujo migratorio a nuestro país.
Ahora mismo, nos encontramos con el pinchazo de unas décadas de abundancia, en parte ficiticia, con un sentimiento de riqueza que podría acercarse a lo eufórico. Pero, cuando se piensa a corto plazo y se empiezan a bajar los salarios, y sobre todo, a extenderse la precariedad laboral, no solo vamos a disponer de menos renta hoy, sino que el gran problema lo tendremos mañana.
La mayor parte de las pensiones se consiguen gracias a las aportaciones de los contribuyentes a la Seguridad Social, pero para ello, ha de haber empleo y empresas que los puedan crear, y por desgracia, no es el escenario que estamos viendo actualmente. Porque si seguimos la misma tendencia, la ciudadanía va a empezar a priorizar sus pagos según sus necesidades más básicas, tales como, la comida, la vivienda, la ropa, etc; dónde los gastos menos necesarios o caprichos serán los primeros en suprimirse. La mala noticia es que los precios son cada vez más altos, sobre todo en los pagos más importantes, como la energía y la alimentación.
Nos encontramos con utopía del ahorro para poder pensar en la jubilación, sobre todo si el sujeto pasa varias temporadas en desempleo, con los contratos cada vez de menor duración, harán imposible llegar a muchas persona al mínimo de tiempo necesario para poder optar a una supuesta pensión. Y si por otro lado,  si no ha podido ahorrar, tampoco tendrá una pensión privada.
Pero, como hemos visto antes, las pensiones están garantizadas si hay un mínimo de cotizantes, y como en el futuro la población será más abultada en la parte superior de la pirámide, nos llevará a que será imposible poder mantener a tanta población jubilada.
Por lo tanto, esta crisis que estamos pareciendo, puede ser un simple aperitivo de lo que nos puede ocurrir dentro de 2 a 3 décadas. Algunos opinan en retrasar la edad de jubilación, pero nos encontramos que cuando un profesional cumple más de 45 años es muy improbable que vuelva a ser contratado, sobre todo con la mentalidad y la realidad del mercado laboral actual. El verdadero problema serán las generaciones venideras, a no ser que tengan sueldos generosos y estabilidad laboral, tendrán difícil poder sustentar tal peso, porque apenas podrán tener suficiente recursos para ellos mismos.
Para reflexionar, la actual política laboral no es solo hambre para hoy, sino que pueden traer un verdadero tsunami económico y social, sino se cambia de rumbo. Siento ser pesimista, pero viendo que las decisiones que se han tomado (por eso estamos en crisis) y las que se están tomando (recortes), no me parece que vayamos en el sentido correcto. Como siempre, espero equivocarme en mis reflexiones.......

sábado, 10 de noviembre de 2012

Reflexión sobre la ciencia

Todos sabemos la importancia que tiene el saber, los descubrimientos. Es parte de la propia naturaleza humana el hacerse preguntas, el tener curiosidad para saber de donde vienen y a donde, que son y por que son, y sobre todo, porque suceden las cosas y como podemos prevenirlas.
Siempre hay un lado positivo y otro más bien negro en las utilidades de la ciencia, me refiero la rama bélica del ser humano, la cual siempre ha buscado la máxima efectividad, de como se puede aniquilar más rápidamente al prójimo. Recordemos la imagen de cualquier explosión atómica y nos daremos cuenta hasta donde puede llegar el ser humano a destruirse a si mismo, ya que menos le importa aniquilar todo lo demás.
Curioso es saber que para esta parte de la ciencia, siempre ha habido fondos y sobre todo creatividad para descubrir nuevas armas. Cierto es, aunque nos disguste, el carácter guerrero del Homo Sapiens, viene desde los principios de los tiempos. Hay una frase de Enstein que lo dice todo: "No sé como será la Tercera Guerra Mundial, pero sé que la Cuarta será con palos y piedras". Lo que nos da una clara visión pesimista del ser humano.
Otro handicap en el mundo científico, no es otro que problema financiero y sobre todo los intereses mercantiles que conlleva todo descubrimiento. Recordemos que desde hace dos siglos, la humanidad se ha desarrollado de forma vertiginosa, ya la ciencia, no sólo genera adelantos al bienestar a la raza humana, también grandes beneficios a las empresas que los comercializan. No tengo nada que objetar sobre la cuestión, soy un profesional del marketing y creo que todo esfuerzo merece ser recompensado, las empresas quieren beneficios de sus inversiones. El problema viene el uso ético de ciertos avances y de usos de los mismos. Pensemos en el gran poder que resulta tener un avance o lo que es peor, el parar por razones económicas y estratégicas, inventos favorables, tanto para el hombre, como para el medio ambiente. Hay patentes controladas por grupos energéticos, que no desean que salgan a la luz, porque sencillamente les arruinaría el negocio. Sin embargo, lo más deplorable, es uso de la fatalidad ajena para hacer  negocio. No solo usando a cobayas humanas, que si bien es cierto, son consentidas, no hay nada que objetar. Pero se han realizado experimentos nucleares y médicos, sin consentimiento de la población, lo cual, aunque haya sido probado, no ha sido lo sufiencientemente condenado.
También, existen estudios interesados por grupos comerciales, para promocionar o desligitimar, un tipo de producto, un invento o sencillamente alguna teoría científica, y no sólo por razones económicas, sino reacciones de envidia o de egos humanos, ya que es evidente que es más fácil desautorizar y criticar que aconsejar y motivar, aunque no sea este en el camino correcto.
Me refiero a una corriente científica, que si bien utiliza la duda metódica de Descartes, la cual nos indica que hay que dudar de todo, se utiliza una negación de todo aquello que no corresponda con el orden establecido, o simplemente sea algo extraño. Porque es más fácil desconfiar de los desconocido, que intentar averiguar e investigar de lo que se trata.
Para finalizar, la ciencia nos ha servido para abrir los ojos y ser más avanzados tecnológicamente, para lo bueno y para lo malo, pero se detecta cierto conservadurismo o resistencia a los cambios, como por ejemplo, cuando saltó la noticia que unos neutrinos habían superado la velocidad de la luz, lo que más me llamó la atención fue el feroz ataque a la noticia, parecía más una reacción religiosa que científica. En parte, observo cierta comodidad en alguna facción de científicos, pero también los hay algunos locos que son, como a lo largo de la historia, los que consiguen descubrimientos que harán cambiar a la humanidad.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Vida real o vida ideal



Como se suele decir, la vida da muchas vueltas, o más bien somos nosotros la que damos vueltas alrededor de nuestras vidas. La verdad, sin duda, que una cosa es como queremos vivirla y otra es como la vivimos. Parece un juego macabro en el cual no sé si soy el protagonista o simplemente un espectador. Lo único que se, es que por una parte intento decidir por mi mismo las acciones que quiero tomar, pero por otra, surgen circunstancias que hace que las que tome, no sean para nada las deseadas. 
Por eso mismo, en la historia de la humanidad ha surgido como una lucha entre las necesidades y los deseos. Bien porque nunca hemos podido ser lo suficientemente libres del todo para poder elegir, o porque una vez que hemos elegido nos sentimos insatisfechos. 
He ahí cuando las circunstancias nos obligan a replantearnos cuales pueden ser los rumbos que hemos tomar, según la situación que tengamos en el enorme mar de la existencia. Sobre todo porque nos vemos limitados cada vez más por dos grandes maldiciones: el tiempo y el dinero. 
El primero nos limita las propias acciones, porque en un principio creemos que tenemos todo el tiempo del mundo, pero más tarde nos damos cuenta de que nos faltan horas para hacer todo lo que quisieramos. Y la gestión de ese tiempo, que inexorablemente se escapa. 
Por otro lado, tenemos: "El poderoso caballero, llamado don dinero", como decía le maestro Quevedo. El cual puede hacer y deshacer a su antojo, el cual puede y realmente lo consigue, que nuestros pasos en la vida, sea de una manera u de otra. 
He aquí el dilema de seguir una vida social o espiritual, si se quiere denominar así, o seguir una vida económica, donde lo más importante es lo material. Vales según tu cuenta corriente, tus posesiones o tu nivel social, o en algunos casos, tu profesión. 
Hay muchas formas de dar sastisfación a la propia vida, sentirnos llenos o sentirnos vacíos, según la filosofía a la cual queramos pertenecer.
La cosa se complica cuando nuestras decisiones no solo nos afectan a nosotros, sino que la vida de terceras personas están en nuestras manos, donde las decisiones y acciones que realizamos, no solo nos afectan personalmente, sino que también a esas personas pueden quedar marcadas por las mismas. 
En ese caso, la vida económica es cada vez más importante, más crucial, ya que perseguimos, no solo una satisfacción a corto plazo o placentera, también buscamos una seguridad a largo plazo. El futuro no esta garantizado para nadie, pero queremos llegar a los últimos días con un nivel de vida aceptable, y que nuestra descendencia pueda tener la oportunidad de poder tomar sus decisiones desde una posición menos traumática, o por lo menos, con las máximas garantías de éxito. 
Es cierto que en el mundo occidental no hayamos decantado por lo material, sobre la imagen, sobre el que dirán. En una dictadura de un éxito rápido, bello y sobre todo suntuoso. Aunque al final sentimos un vacío de no saber si con eso es suficiente, porque morir, moriremos todos algún día. Y por desgracia, es raro que alguien este realmente contento con la vida que haya tenido. Porque al final, siempre estaremos INSATISFECHOS. En definitiva, en mi opinión, si uno tiene la conciencia tranquila, de no solo lo que ha hecho, sino por lo que ha intentado hacer, es suficiente.