Una de las mejores
canciones del grupo británico Pink Floyd,
la cual podríamos traducirla como: “Confortablemente
adormecido/entumecido”, sin embargo, personalmente su significado sería más
como: “Confortablemente insensible”.
Porque nuestra sociedad
se ha acostumbrado a no querer ver, no
querer saber lo que ocurre en otros lados del globo, es más, nos molesta que nos pongan imágenes de
niños desnutridos o edificios derruidos. Nos perturba observad la pobreza, la desnutrición, las enfermedades, incluso las catástrofes naturales.
Aunque lo peor no es
que las observemos, sino que ya no nos
afectan, las vemos como algo irreal, como si fueran una película y lo hacemos a propósito porque no queremos
vernos en esa situación, pensamos
egoístamente que mejor a ellos y que no
me pase a mí. Intento aislarme en mi
propio mundo, mi burbuja de autoprotección, incluso pago para tener esa seguridad. En algunos casos,
se puede llegar a pensar que son una
raza diferente, algo totalmente ajeno a nosotros.
Ahora bien, nos ha
tocado una crisis económica brutal,
ahora vemos esas imágenes cada vez más
cerca, la podemos ver directamente
con nuestros ojos. Lo que pensábamos que no nos iba a pasar, empieza a pasarnos, creemos que es una pesadilla, que será un mal sueño
pasajero.
Lamentablemente el
tiempo pasa, y ya nos damos cuenta de que
ese mal sueño, es la propia realidad. Descubrimos que vamos cambiando nuestras costumbres, nuestros hábitos, y
sobre todo nuestras preferencias. Protestamos porque han luchado nuestros antepasados y nosotros mismos para
evitar que nos sucediese esto, sin
embargo hemos confiado que nuestros líderes nos protegerían.
Lo gracioso, es cuando
nos tropezamos con algunas personas, que anteriormente las observamos “Confortably Numb”, nos comentan que no es para tanto, ya que ellos llevan toda su vida en crisis. Están más adaptados que nosotros a estas
circunstancias, sencillamente porque creíamos que nunca nos llegaría a
pasar.
Ahora nos damos cuenta,
de que aquello que vemos en la pantalla
del televisor, nos puede llegar a ocurrir, al mirar por nuestra ventana.
Sencillamente porque ya no somos invulnerables
a los acontecimientos que pasan en este mundo. No nos importan las guerras
o las muertes de otras personas mientras
no sean las nuestras.
Desgraciadamente, lo
que le ocurre a tu vecino puede
ocurrirte a ti, simplemente porque ya
ha sucedido antes y lo más probable es que se repita el pasado. Lo único
que podemos hacer es tener memoria para no
volver a cometer los mismos errores. A intentar que todos tengamos unas metas y unas razones para luchar.
Ayudar y ser ayudados. Sin embargo, creo
que los líderes de nuestra civilización, no parece que piense igual, o
rápidamente olvidan cuáles son sus responsabilidades.
Por desgracia todo esto es cierto, muchas personas se acostumbraron, o nos acostumbramos, a un nivel de vida "bueno", no es que fuésemos ricos ni mucho menos, pero podíamos permitirnos ciertos "lujos", como vacaciones fuera de España, algo que ahora suena tan lejano... Y muchos no se han adaptado a este cambio, que va más allá de apretarse un poco el cinturón, un cambio que ha obligado a renunciar a muchas cosas y adaptarse a una situación que nadie imaginaba. Y no puedo evitar mi deformación profesional, pero en muchos no se desarrolló y no se está desarrollando algo llamado "tolerancia a la frustración", y ahora las consecuencias están siendo devastadoras en muchos casos, nos enfrentamos a una auténtica frustración, porque todo ha cambiado, y muchos hemos perdido...ahora tenemos que adaptarnos, enfrentarnos y aceptar nuestra realidad.
ResponderEliminarGracias María por comentar. Cierto, nuestros hábitos han cambiado, pero el problema rádica en que nos han obligado a cambiarlos. Hemos cometido el error de confiar en unos dirigentes que nos han fallado, más bien traicionado. Ahora nos damos cuenta de que nuestro nivel de vida no ha sido protegido, pensabamos que para eso estaban los politicos de nuestros países, o de organizaciones (CEE). Pero no ha sido así. La codicia ha podio y ha ganado las voluntades. El gran dilema, no es que perdonemos a nuestros líderes, sencillamente nos hemos dado cuenta de que estamos solos y atrapados, porque por desgracia, seguimos dependiendo de ellos.
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