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sábado, 9 de octubre de 2021

EL VOLCAN ECONOMICO

 


Generalmente vivimos con una tranquilidad, con una rutina, como si el día de hoy fuera igual que ayer, y mañana pasará exactamente igual. Nos sentimos cómodos, seguros, confiados, nada puede salir mal. De repente, hay terremotos, señales, algo preocupante, pero nos dicen que no hay problema, que es algo puntual, que pasará pronto, que todo esta controlado.

De repente, hay como una explosión, un ruido ensordecedor, y con asombro vemos fuego, lava, y destrucción. En un segundo cambia nuestras vidas, no lo podemos aceptar, no lo asimilamos, y nos dicen que hemos de abandonar nuestra zona de confort, que hay que empezar de cero, te prometen que no vas a estar solo, que recibirás ayudas, una mano amiga, que volverás a tener, sino la misma vida, algo parecido. Sabes que ya nada será igual, que tu casa, tus recuerdos, tu forma de vida, ha quedado sepultado por la lava, y todo el mundo te dice que al menos tienes tu vida, sin embargo, no es lo mismo, que tengas 20, 40, o ya te pilla con más de 60. Si, siempre cuesta afrontar los cambios, dependiendo de tus circunstancias, será más duro, o no.

Lo malo no es cuando en la isla de la Palma ha salido un volcán, sino cuando algo demoledor aparece, creado por la acción humana, por decisiones económicas, las cuales, son de otras personas, de empresas, de instituciones, de gobiernos o de grupos de poder. Te pilla en medio de un desastre, que, sin comerlo, ni beberlo, te ha tocado, y tiene las mismas consecuencias que un desastre natural, porque rompe todo lo establecido, todo lo que tenías, se ha ido por una pandemia, por una crisis energética, por una crisis diplomática, o por un crash económico.

Tus jefes te dicen que ya no cuentan con tus servicios, porque la central de Nueva York ha sufrido pérdidas, o por que se ha visto afectada por el ataque de las torres gemelas, y te ves con una caja, con un futuro incierto, sin saber porque, sintiéndote culpable, sin serlo, porque has sido víctima de una erupción que ha desembocado en una reacción en cadena, como una lengua de lava se te ha llevado por delante. Y todo en lo que creías, pensabas, anhelabas, ha desaparecido, tenias la mosca detrás de la oreja, había rumores, pero pensabas que la lava no tocaría tu casa, pero el destino ha si lo ha querido.

Los damnificados, supuestamente tendrán ayudas, pero otros no, la burocracia, la edad, la voluntad, y sobre todo, la incapacidad de adaptarse a un mundo cada vez más cambiante, más vertiginoso, un mundo vivo y caprichoso, que muchas veces, después de un golpe, viene algunos más, y ya piensas que te han echado un mal de ojo.

Al final, has de entender que la realidad, es la que es, cambiante, viva, incluso apasionante, si entiendes que cada nanosegundo es diferente al anterior. Ser un ser vivo, que desde la prehistoria se ha tenido que adaptar a todo tipo de contratiempos para sobrevivir, y ahora no es lo mismo, con tecnología, con más conocimiento, sin olvidarnos que nuestra casa es caprichosa, tanto nos da la vida, como nos la quita. Porque nunca pasa nada, hasta que todo cambia de repente, la única diferencia es que puedes ser capaz de intuir esos cambios, y cambiar, si puedes, antes de que el te cambie el propio volcán.


viernes, 26 de junio de 2015

Los pretorianos económicos

En la antigua Roma, los cesares tenían tres objetivos claros, como cualquier líder que quiera alcanzar el trono: como llegar al poder, como mantenerse y sobre todo en qué y en quien confiar. El Emperador lo que si tenía claro, que necesitaba la lealtad total y sin fisuras de la guardia pretoriana. Una tropa de élite, muy bien entrenada, que estaba representada por los mejores soldados del imperio, sobre todo porque la paga era extraordinaria. Por ese motivo, todo legionario o militar quería enrolarse en el cuerpo.
Sin embargo, en muchas ocasiones, podrían cambiar sus lealtades por otras opciones más lucrativas, ya que lo que realmente interesaba, lógicamente, era mantener ese buen nivel de vida. Por lo que en más de una ocasión, derrocaban cesares y proclamaban a otros, más manejables o que les garantizasen mayores cuotas de poder y/o dinero.
En la época actual, tenemos muchas guardias pretorianas, las cuales luchan por intervenir, influir, manipular e incluso derrocar a los gobiernos. Y no solo a nivel nacional, también a nivel internacional. Lo detectamos en menor o mayor poder de incidencia entre los contantes vuelcos de los acontecimientos, tanto políticos, como económicos.
No hablamos solo de lobbies, también de empresas o sectores estratégicamente situados en las economías nacionales y sobre todo a nivel internacional, cuyas influencias son cada vez más notorias. Deslumbrándose cada vez más, una menor independencia de los poderes públicos, al estar cada vez más afectados, directa o indirectamente por las presiones de dichos grupos, sobre todo a nivel energético y financiero.
Pero no solo lo vemos en estos campos, también a nivel de órganos de gobierno, dónde siempre hay una guardia de leales, los cuales, no solo apoyan más por sus propios intereses, a sus líderes, sino que en muchas ocasiones dificultan las posibilidad de tomar decisiones, bien filtrando las noticias, o solo ofreciendo una parte de la realidad, lo cual llega a crear una especie de burbuja, alimentada por el miedo a perder el poder. Por lo que en muchas dictaduras, sus líderes, siguen en el poder, más como prisioneros de sus pretorianos, que por su voluntad de seguir gobernando.
En muchas ocasiones, se comete el error del cesar, el cual consiste en lo siguiente: “si una persona me dice que soy un dios, no me lo creeré, pero si son muchas, terminaré por creérmelo”. Ahí radica desde el principio de los tiempos, en el arte de la política, la cual, muchas veces el poder se encuentra, más en las sombras, que a simple vista……

martes, 2 de junio de 2015

La piscina económica



Cuando veíamos al pato Donald, siempre veíamos al tío Gilito, el gran millonario, que se tiraba desde un trampolín hacia una montón de dinero, como si de un piscina se tratara. Es una imagen, que sobre todo comunicaba la opulencia, incluso la codicia humana, pero sobre todo ostentación de poder.
Pero la similitud no queda en una simple anécdota, la propia economía en la cual nos manejamos todos, no es más que nuestras propias piscinas, cada una con su tamaño. Algunas están rebosantes del agua, y otras totalmente secas, y lo que es peor, sin posibilidad de llenarse.
Lo ideal es una piscina llena, con agua para poder bañarse tranquilamente, pero las piscinas económicas tienen un problema, pierden agua (gastos) y por ello necesitan rellenarse (ingresos). El objetivo es conseguir el equilibrio entre las salidas y entradas, y es aquí donde surgen los grandes inconvenientes, porque influyen demasiados factores, los cuales son cambiantes, que hacen que dicho equilibrio no siempre funcione. Hay circunstancias que hacen que el agua se pierda con más rapidez (ocurre, por desgracia, con mucha frecuencia) y la entrada del líquido elemento  ni es el esperado,  y para más desgracia, no llega en el momento oportuno.
Además, algunos tienen más agua para llenar sus piscinas que otros, incluso retienen la misma, aunque les sobre para la piscina, sencillamente para diferenciarse de los demás, y sobre todo, para estar muy seguros de que no les faltará nunca, aunque puedan llenar muchas piscinas. Este problema lo tenemos desde el comienzo de la humanidad.
Ahora bien, actualmente, la piscina de todos tiene un gran problema (la actual crisis). Sencillamente, se derrochó gran cantidad de agua e incongruentemente no se ha rellenando en misma proporción. Sale más agua de la que entra porque en las piscinas particulares, al no haber suficiente fluidez de agua, se retiene o se evita que se pierda,  porque al entrar menos, se intenta  que no se derroche.
Para empeorar más las cosas, se necesita mucha cantidad de agua para que se vuelva a los niveles anteriores. Los gobiernos intentarán, a través de los impuestos conseguir esa agua, pero los ciudadanos, cada vez con menos ingresos, no podrán hacer frente a esa situación, y una de las razones está en que las empresas no quieren desprenderse de sus excedentes de agua para seguir teniendo beneficios.
Se habla de que estamos en una recuperación económica, pero los ciudadanos ven que sus piscinas siguen igual o más vacías. Las grandes empresas se han acostumbrado a recibir más líquido que soltarlo. Por lo que nos encontramos con una situación de bloqueo, pues, como en la naturaleza, el dinero y el agua no son inagotables y por el momento, no podemos, aunque alguno crea lo contrario, inventárnoslo de la nada y engañarnos a nosotros mismos, tampoco nos llevaría a ninguna parte..
Como decía un anuncio de concienciación ciudadana: no solo debemos de ahorrar agua, también hay que saberla repartir……..