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martes, 7 de marzo de 2023

Fuerzas especiales

 




Hay muchas películas bélicas, de todas las épocas de la historia, algunas con menor o mayor rigor histórico, o mayor realismo. Todas intentan escenificar el arte de la guerra y sus consecuencias que tienen en sus protagonistas, sean directos o indirectos. A veces juzgando a cada bando, de forma interesada, sobre bandos, como los buenos y los malos. Donde al final, los soldados y civiles, lo que realmente les importa es sobrevivir a ese horror, a esa pesadilla, y no la utilización política de la contienda, ya que al final, hay huérfanos, viudas, seres queridos, en suma, que desaparecerán para siempre, y muchos ni se saben dónde están sus cuerpos.

Hay una película, que refleja la transformación de un combatiente, al cual se le entrena para una guerra brutal, como fue la de Vietnam. Se titula: “La chaqueta metálica”. La película se divide en dos partes, una el entrenamiento y otra la guerra en sí. Ambas reflejan con el mayor realismo posible, las dos realidades. La primera una instrucción que raya en lo inhumano, tanto mental como físicamente, llevando al limite a cada recluta para aprender rápidamente, y enfrentarse a lo que se le viene encima, incluso lleva a la locura a uno de ellos.

Cuando están en Vietnam, hay una escena, en la cual, dos compañeros de instrucción, se encuentran en plena batalla, y uno le comenta al otro, que gracias a la dureza del sargento instructor, han podido sobrevivir hasta ahora, y tienen alguna posibilidad en el futuro.

Esto lo podemos trasladar al día a día, donde nuestra instrucción se debe a la educación que elegimos para enfrentarnos a la contienda profesional, y dependiendo, no solo de los conocimientos, sino de la actitudes que aprendamos, tendremos más posibilidades tener oportunidades en ese conflicto, social y profesional.

Sin embargo, hay diferentes instrucciones, hay pasos para llegar más lejos, y es alistarnos en las “FUERZAS ESPECIALES”, donde hay universidades, escuelas de negocios, institutos, academias, que tienen algo especial, algo diferencial que nos hará mejores que los que solamente han tenido la formación básica. Y en un mundo tan competitivo, aquellos/as que tienen ese hecho diferencial, son los que llegarán a los puestos más altos, y que después se mantendrán más tiempos. A la vez que no pararán de recibir información y formación.

Ahora, si un sargento/profesor/formador, hace el papel de un sargento de hierro, porque tiene la vocación, o sobre todo la decencia de explicar la realidad a sus alumnos, por muy dura que sea, se encuentra en una realidad de lo políticamente correcto, de no hay que decir o hacer, lo que nadie quiere oir o ver. Por lo que ha de resignarse a que sus soldados, irán menos preparados, y tendrán menos oportunidades. Ya que el talento es importante, pero sin el entrenamiento adecuado, será casi imposible. Alguno hablará de las lucha de clases, pero siempre existirán esas clases, cuando no aceptamos la realidad de ver un mundo cada vez más duro, más cruel, y sobre todo cambiante.

Hasta el soldado patoso, se convirtió en una máquina de matar, aunque le costo perder la cabeza, ya que todos podemos decidir en que guerra empresarial queremos luchar, y hasta donde quieres llegar. Si quieres llegar alto y lejos, has de entrenarte en las “Fuerzas especiales”. 



martes, 18 de enero de 2022

LA MATRIX

 


Si uno no ha visto las películas, es posible que no llegue a entender el razonamiento, sin embargo, creo la realidad, tal y como la vemos, es la que queremos que exista, que no es precisamente la real. O lo que es lo mismo, querer vivir más una ficción, que la realidad.

Sin embargo, algunos despiertan, y se dan cuenta de cosas, de noticias, de acontecimientos, de cosas que no cuadran. Como ver un poster en tu cuarto, con un idílico paraíso con una fabrica contaminando al fondo. Y te empiezas a hacer preguntas, pero los demás, o no saben, no quieren contestarte, entonces decides buscar tu mismo las respuestas, a pesar de la oposición de los demás, que no entienden esas ganas de perder el tiempo.

Para muchos eso significa rebeldía, para otros será ir contra corriente, pero si llega a triunfar, le dirán que estaba adelantado a su tiempo. Lo curioso, es que aquellos que rechazaban su comportamiento, después lo califican como un genio. Pero todo empieza por sentirse diferente, o por no querer conformarse con lo que hay, con lo que le ofrecen, y busca más allá. Recordemos a Galileo, Copérnico o el mismo Darwin, los cuales se libraron de milagro del escarnio, o incluso de la hoguera.

Pero no seamos hipócritas, todos estamos cómodos en la Matrix, todos estamos seguros y confiados en nuestra zona de confort. Nos gusta más una ensoñación, una esperanza, que la lucha diaria o el tener que afrontar nuevos retos de forma obligatoria. Aunque la propia vida nos pone obstáculos, o simplemente circunstancias que nos obligan a tomar decisiones drásticas, como un despido, una enfermedad o una simple traición, de algo o de alguien.

Al final, la realidad es tozuda, sale en el peor momento, en el peor lugar, en la peor situación. No nos gusta verla, oírla, ni tan siquiera sentirla, como el contagio de una enfermedad, o simplemente, un accidente de tráfico, porque nunca pesábamos que nos iba a pasar a nosotros, por eso, queremos volver a la seguridad de la Matrix, a tener un papá o mamá, que nos proteja, que decida sobre nosotros, que nos guie, y, sobre todo, QUE SEA EL RESPONSABE DE TODO. Y librarnos de la angustia.

En eso se basan muchas ideologías, creencias, religiosas o no, para hacernos creer en universos alternativos, en otras realidades, más amigables, más soportables. En algunas ocasiones lo usamos como una droga para evadirnos de un mundo, que, si bien no comprendemos, sencillamente no nos comprende. La mayoría de los artistas se sienten de este modo, a veces en busca de inspiración, otras como refugio de un mundo depredador y opresor.

En la economía nos pasa lo mismo, nuestra realidad no nos gusta, nos agobia, queremos un pastor que nos guie, que nos proteja, que nos alimente, al ser adultos, es padre, pasa a ser el estado, el gobierno, el político salvador, el cual nos guiará hacia un nirvana, a cambio de nuestro voto. Entonces entramos en su Matrix, en ese circulo vicioso, de voto por comida, por empleo, por una salida, y lucharemos por todo aquel que intente romper ese paraíso terrenal. Sin embargo, llega la realidad, las crisis, los despidos, la corrupción, y entonces llega el despertar amargo.

Al final descubres que existen dos matrixs, la social y la personal, ambas te tienen atrapado, y has de luchar contra ambas, por lo menos, sobrevivir o convivir con ellas, jugando a engaños y desengaños, en un complicado equilibrio de desceñir, la fantasía de la realidad, de la mentira y de la verdad. Viviendo en esas dos dimensiones, como vivir varias vidas en una, sin perder el control de ninguna. Penando, cuando llegará alguien, que me ofrezca la pastilla que me haga salir de la Matrix.


miércoles, 1 de diciembre de 2021

El SUPERVIRUS

 


Cuando uno se pone enfermo, puede ser por varias causas, por distintas razones, normalmente son por causas naturales. Sin embargo, los enemigos más terribles son aquellos que no podemos ver, que no podemos percibir o en ocasiones no queremos darnos cuenta, ya que suelen estar delante de nuestras narices, a simple vista, como si jugara con nosotros, burlándose de nuestra soberbia de pensar que podemos controlarlo todo.

Actualmente estamos bajo la tiranía de un "bicho,” un coronavirus que provoca el covid-19, el cual no hace más que replicarse, mutarse, escaparse de nuestras trampas, de nuestras investigaciones, de nuestra querida ciencia, haciéndonos ver que aún tenemos mucho que aprender, y que cada día la naturaleza nos muestra realmente quien manda, y que en cualquier momento nos pone en nuestro lugar.

Aunque el verdadero virus somos nosotros mismos, atacando a la propia naturaleza: no solo contaminando, como también reproduciéndose de forma alarmante, acabando con los recursos de forma arbitraria, sin pensar en las consecuencias, de forma egoísta, al corto plazo, sin ni tan siquiera pensar en los efectos que tendrán nuestros actos.

En realidad, hemos construido nuestra propia naturaleza, nuestra propia jungla con sus leyes de supervivencia, donde nos encontramos con diferentes formas de" fauna" y "flora" humanas. Por supuesto que encontramos virus y bacterias dentro de ese ecosistema humano, que no se contenta con infectar organismos, sino comportamientos, costumbres y voluntades. Pero es en lo económico donde los podemos apreciar más claramente, ya que sutiles decisiones, imperceptibles acciones, que sin darnos cuenta nos puede cambiar la vida a millones de personas. Donde los hechos ya son consumados, al estar infectados y padecer de esa enfermedad que han querido que tengamos deliberadamente. A continuación, nos ofrecen las vacunas que estimen oportuna, como tabla de salvación, dando gracias a los lideres por pensar en todo.

Pero me temo que llegará un super virus, el gran vengador que será de tal forma que ni los que han creado el virus original puedan encontrar cura, que se les haya ido de las manos, que, por arrogancia, o simplemente los acontecimientos han desabordado por completo, creando una tormenta perfecta, donde nadie pueda estar a salvo.

Algunos piensan que es Ciencia Ficción, que es una película de Hollywood convertida en pesadilla, pero es real, y somos actores, a la vez que espectadores y nos daremos cuenta de que solo nosotros, los seres humanos, somos responsables de los hechos, incluso de nuestra hipotética extinción. No nos dimos cuenta de que al pensar que el enemigo estaba  fuera, en realidad   siempre estuvo  dentro de nosotros mismos.


viernes, 26 de junio de 2015

Los pretorianos económicos

En la antigua Roma, los cesares tenían tres objetivos claros, como cualquier líder que quiera alcanzar el trono: como llegar al poder, como mantenerse y sobre todo en qué y en quien confiar. El Emperador lo que si tenía claro, que necesitaba la lealtad total y sin fisuras de la guardia pretoriana. Una tropa de élite, muy bien entrenada, que estaba representada por los mejores soldados del imperio, sobre todo porque la paga era extraordinaria. Por ese motivo, todo legionario o militar quería enrolarse en el cuerpo.
Sin embargo, en muchas ocasiones, podrían cambiar sus lealtades por otras opciones más lucrativas, ya que lo que realmente interesaba, lógicamente, era mantener ese buen nivel de vida. Por lo que en más de una ocasión, derrocaban cesares y proclamaban a otros, más manejables o que les garantizasen mayores cuotas de poder y/o dinero.
En la época actual, tenemos muchas guardias pretorianas, las cuales luchan por intervenir, influir, manipular e incluso derrocar a los gobiernos. Y no solo a nivel nacional, también a nivel internacional. Lo detectamos en menor o mayor poder de incidencia entre los contantes vuelcos de los acontecimientos, tanto políticos, como económicos.
No hablamos solo de lobbies, también de empresas o sectores estratégicamente situados en las economías nacionales y sobre todo a nivel internacional, cuyas influencias son cada vez más notorias. Deslumbrándose cada vez más, una menor independencia de los poderes públicos, al estar cada vez más afectados, directa o indirectamente por las presiones de dichos grupos, sobre todo a nivel energético y financiero.
Pero no solo lo vemos en estos campos, también a nivel de órganos de gobierno, dónde siempre hay una guardia de leales, los cuales, no solo apoyan más por sus propios intereses, a sus líderes, sino que en muchas ocasiones dificultan las posibilidad de tomar decisiones, bien filtrando las noticias, o solo ofreciendo una parte de la realidad, lo cual llega a crear una especie de burbuja, alimentada por el miedo a perder el poder. Por lo que en muchas dictaduras, sus líderes, siguen en el poder, más como prisioneros de sus pretorianos, que por su voluntad de seguir gobernando.
En muchas ocasiones, se comete el error del cesar, el cual consiste en lo siguiente: “si una persona me dice que soy un dios, no me lo creeré, pero si son muchas, terminaré por creérmelo”. Ahí radica desde el principio de los tiempos, en el arte de la política, la cual, muchas veces el poder se encuentra, más en las sombras, que a simple vista……

martes, 2 de junio de 2015

La piscina económica



Cuando veíamos al pato Donald, siempre veíamos al tío Gilito, el gran millonario, que se tiraba desde un trampolín hacia una montón de dinero, como si de un piscina se tratara. Es una imagen, que sobre todo comunicaba la opulencia, incluso la codicia humana, pero sobre todo ostentación de poder.
Pero la similitud no queda en una simple anécdota, la propia economía en la cual nos manejamos todos, no es más que nuestras propias piscinas, cada una con su tamaño. Algunas están rebosantes del agua, y otras totalmente secas, y lo que es peor, sin posibilidad de llenarse.
Lo ideal es una piscina llena, con agua para poder bañarse tranquilamente, pero las piscinas económicas tienen un problema, pierden agua (gastos) y por ello necesitan rellenarse (ingresos). El objetivo es conseguir el equilibrio entre las salidas y entradas, y es aquí donde surgen los grandes inconvenientes, porque influyen demasiados factores, los cuales son cambiantes, que hacen que dicho equilibrio no siempre funcione. Hay circunstancias que hacen que el agua se pierda con más rapidez (ocurre, por desgracia, con mucha frecuencia) y la entrada del líquido elemento  ni es el esperado,  y para más desgracia, no llega en el momento oportuno.
Además, algunos tienen más agua para llenar sus piscinas que otros, incluso retienen la misma, aunque les sobre para la piscina, sencillamente para diferenciarse de los demás, y sobre todo, para estar muy seguros de que no les faltará nunca, aunque puedan llenar muchas piscinas. Este problema lo tenemos desde el comienzo de la humanidad.
Ahora bien, actualmente, la piscina de todos tiene un gran problema (la actual crisis). Sencillamente, se derrochó gran cantidad de agua e incongruentemente no se ha rellenando en misma proporción. Sale más agua de la que entra porque en las piscinas particulares, al no haber suficiente fluidez de agua, se retiene o se evita que se pierda,  porque al entrar menos, se intenta  que no se derroche.
Para empeorar más las cosas, se necesita mucha cantidad de agua para que se vuelva a los niveles anteriores. Los gobiernos intentarán, a través de los impuestos conseguir esa agua, pero los ciudadanos, cada vez con menos ingresos, no podrán hacer frente a esa situación, y una de las razones está en que las empresas no quieren desprenderse de sus excedentes de agua para seguir teniendo beneficios.
Se habla de que estamos en una recuperación económica, pero los ciudadanos ven que sus piscinas siguen igual o más vacías. Las grandes empresas se han acostumbrado a recibir más líquido que soltarlo. Por lo que nos encontramos con una situación de bloqueo, pues, como en la naturaleza, el dinero y el agua no son inagotables y por el momento, no podemos, aunque alguno crea lo contrario, inventárnoslo de la nada y engañarnos a nosotros mismos, tampoco nos llevaría a ninguna parte..
Como decía un anuncio de concienciación ciudadana: no solo debemos de ahorrar agua, también hay que saberla repartir……..

martes, 21 de abril de 2015

La línea de flotación económica.

Todos sabemos que en la navegación existe el concepto de la línea de flotación, es decir, que es el punto en el cual la nave flota. Y es muy importante mantener esa frontera bien controlada sino queremos que el barco se hunda.
Cuando vemos una película bélica, sobre todo en batallas navales, siempre sale un submarino, el cual sigilosamente,  como si de un fantasma se tratará, lanza un torpedo justo apuntando por debajo de la línea de flotación del objetivo. Si da en la diana, el barco enemigo, podrá tardar más o menos tiempo se hundirá, o en el mejor de los casos, estará dañado para el combate. De ahí, el temor de los convoyes que llevaban suministros, ya que eran las mejores presas para los submarinos, sobre todo los del bando alemán en la segunda guerra mundial.
En la economía también hay puntos débiles o líneas de flotación, las cuales, muchos expertos hablan de ellas, aunque algunas no lo sean tanto  y otras si lo son, pero se mencionan menos. Continuamente escuchamos comentarios sobre los costes, la productividad, la rigidez del mercado laboral, la formación, etc. Todos estos temas imprescindibles para que una economía funcione más o menos bien.
Sin embargo, lo curioso es cuando el torpedo no ha sido lanzado por un torpedo enemigo, sino amigo, incluso del mismo país. Es cuando se comenta que tal empresa se ha disparado en un pie, es decir, ha cometido un error garrafal, en muchas ocasiones incomprensible e imperdonable.
Aunque a nivel de la pequeña empresa pueda ser algo habitual, cuando hablamos de las grandes cifras vemos que también se torpedea las líneas de flotación. Un ejemplo ilustrativo: “España vive una burbuja inmobiliaria, la mayor parte de la producción y de la inversión del país, va destinado a la construcción”. De repente, por una supuesta falta de mano de obra, se acepta una gran entrada de emigrantes, los cuales vienen atraídos por el supuesto el dorado de este sector emergente. Por otra parte, la financiación se dispara a cotas inimaginables, pero no solo los compradores de las viviendas, sino las empresas que ven más rentable pedir créditos a invertir con fondos propios, hasta las instituciones públicas acuden al crédito fácil y barato.
Parecía un escenario ideal, pero empieza a surgir la idea de reducir cada vez más los costes, bajando los salarios y sobre todo precarizando los contratos laborales. Y ese fue el torpedo que dio con la línea de flotación. ¿Por qué? Sencillamente, los créditos estaban a unas cuotas cada vez más altas, y al bajar los salarios, despido masivo de profesionales, y sobre todo la inseguridad en el puesto de trabajo, dio como resultado que se elevara el riesgo de morosidad. Por un tiempo, las cosas parecían que no iría a mayores, ya que el mercado seguía financiándose, pero en fondo se engañaba a sí mismo.
De improviso, los bancos cerraron el grifo crediticio por miedo a los impagos, esto hizo que como unas fichas de dominó fueran cayendo una tras otra. Y se formó una crisis que en la actualidad nos afecta.
Después, hemos sido testigos de cómo el sistema, no solo estaba lleno de fallos, sino de una verdadera corrupción, la cual nos sobresalta un día sí, y otro también.
Pero el gran error, en mi opinión, no es solo vivir una mentira, sino, no haber seguido viviendo de acuerdo con esa mentira. Si vives en un escenario en el la especulación es la estrella debes de mantener las rentas para que esa burbuja se mantenga. No se puede pretender vivir de un negocio cuyos productos sean caros y por otro lado, que los trabajadores cobren poco, sobre todo si esos trabajadores son los clientes que compran dichos productos. Al final, la gallina de los huevos de oro se nos murió, sencillamente porque alguien pensó que seguiría dando huevos, sin alimentarla……

miércoles, 4 de marzo de 2015

Los robots no compran



En los últimos tiempos, hay una obsesión por los costes laborales en todo el mundo. Incluso ya se está hablando de la próxima revolución, que será la robótica, la cual ya se utiliza en muchos sectores, sobre todo en el automovilismo, donde realizan tareas repetitivas con absoluta perfección.
Sabemos que la rapidez y la precisión son vitales a la hora de realizar la construcción y/o fabricación, incluso en sitios remotos o peligrosos para cualquier ser humano. Por lo tanto, las ventajas son más que obvias, ya que no hay que abonar salarios, no hacen huelgas, no hacen descansos, y sobre todo, no se van de vacaciones.
Sin embargo, estas ventajas son a todas luces a corto plazo, porque destruiría muchos puestos de trabajo, porque ya no serían rentables. Aunque, paradójicamente, los salarios son parte esencial del circuito económico, sin ellos, gran parte de la población carecería de la suficiente renta para consumir los productos y servicios que necesitan, y las empresas tendrían la situación de, no solo de tener menos costes, sino de la facturación que obtienen a través de sus ventas. Sin entrada de dinero, es imposible generar beneficios.
También se apreciaría otro gran dilema, porque gran parte de los impuestos directos e indirectos se gravan a los trabajadores. Si estos no tienen salarios, los estados no podrían recaudar, por lo tanto, no sería posible optar a los servicios mínimos que la sociedad necesita.
Una solución sería gravar económicamente con impuestos a los robots, como si fueran sus sueldos y esto serviría para obtener los recursos necesarios para mantener a la población, y a la vez, que puedan seguir consumiendo, y de este modo las empresas seguirían facturando, y por lo tanto, seguir siendo rentables.
El problema, será cuales serían esos recargos por usar esta nueva tecnología, porque habría que establecer los límites, porque a nadie se le escapa que estos cargos supondrían un coste, que en algunos países serían más competitivos usando mano de obra humana.
Por otro lado, sabemos que una sociedad totalmente subvencionada, no sería positiva, al no tener que realizar esfuerzo alguno para obtener los sueldos necesarios para sobrevivir, además de aumentar las diferencias sociales.
El progreso, en definitiva, trae consigo sus ventajas, pero también sus inconvenientes. Hemos de ser lo suficientemente inteligentes para saber cómo se van implantar dichos avances y saber adelantarse a los acontecimientos. Ya tenemos experiencias, tales como la revolución industrial, la cual hizo cambiar a la sociedad. Nada volvió a ser como antes, y tampoco los será en la próxima revolución. En nuestras manos estará la responsabilidad de no caer en los mismos errores. Aunque, en mi opinión, siempre solemos cometerlos.