En los años 60 hubo un aumento espectacular de la natalidad en España, sobre todo cuando se estabilizó la economía y se llego a un acuerdo con los Estados Unidos por las bases militares. Esa bonanza económica llevo a un gran optimismo, después de una guerra civil y el posterior aislamiento que tuvo el régimen anterior.
Sin embargo, pasado los años, hemos tenido un fuerte descenso de nacimientos, obteniendo una natalidad 0, y a ese pequeño número de alumbramientos se ha intentado de paliar con un gran flujo migratorio a nuestro país.
Ahora mismo, nos encontramos con el pinchazo de unas décadas de abundancia, en parte ficiticia, con un sentimiento de riqueza que podría acercarse a lo eufórico. Pero, cuando se piensa a corto plazo y se empiezan a bajar los salarios, y sobre todo, a extenderse la precariedad laboral, no solo vamos a disponer de menos renta hoy, sino que el gran problema lo tendremos mañana.
La mayor parte de las pensiones se consiguen gracias a las aportaciones de los contribuyentes a la Seguridad Social, pero para ello, ha de haber empleo y empresas que los puedan crear, y por desgracia, no es el escenario que estamos viendo actualmente. Porque si seguimos la misma tendencia, la ciudadanía va a empezar a priorizar sus pagos según sus necesidades más básicas, tales como, la comida, la vivienda, la ropa, etc; dónde los gastos menos necesarios o caprichos serán los primeros en suprimirse. La mala noticia es que los precios son cada vez más altos, sobre todo en los pagos más importantes, como la energía y la alimentación.
Nos encontramos con utopía del ahorro para poder pensar en la jubilación, sobre todo si el sujeto pasa varias temporadas en desempleo, con los contratos cada vez de menor duración, harán imposible llegar a muchas persona al mínimo de tiempo necesario para poder optar a una supuesta pensión. Y si por otro lado, si no ha podido ahorrar, tampoco tendrá una pensión privada.
Pero, como hemos visto antes, las pensiones están garantizadas si hay un mínimo de cotizantes, y como en el futuro la población será más abultada en la parte superior de la pirámide, nos llevará a que será imposible poder mantener a tanta población jubilada.
Por lo tanto, esta crisis que estamos pareciendo, puede ser un simple aperitivo de lo que nos puede ocurrir dentro de 2 a 3 décadas. Algunos opinan en retrasar la edad de jubilación, pero nos encontramos que cuando un profesional cumple más de 45 años es muy improbable que vuelva a ser contratado, sobre todo con la mentalidad y la realidad del mercado laboral actual. El verdadero problema serán las generaciones venideras, a no ser que tengan sueldos generosos y estabilidad laboral, tendrán difícil poder sustentar tal peso, porque apenas podrán tener suficiente recursos para ellos mismos.
Para reflexionar, la actual política laboral no es solo hambre para hoy, sino que pueden traer un verdadero tsunami económico y social, sino se cambia de rumbo. Siento ser pesimista, pero viendo que las decisiones que se han tomado (por eso estamos en crisis) y las que se están tomando (recortes), no me parece que vayamos en el sentido correcto. Como siempre, espero equivocarme en mis reflexiones.......
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