En 1997 se estrenó una película de Robert de Niro y Dustin Hoffman, titulada:
“La cortina de humo”, cuyo argumento trataba, que a raíz de un escándalo político
en Washington, con unas elecciones a la
vuelta de la esquina, se inventan un conflicto internacional para intentar
desviar la atención popular, para que
dicho escandalo no interfiera en los comicios.
En la actualidad, nos preguntamos, como
diferenciamos lo que son cortinas de
humos, y lo que no, ya que no podemos distinguir lo que son engaños, de lo
que son las realidades. Sobre todo en un mundo
dónde las mentiras o medias verdades son moneda común, y no solo en los
negocios, sino en todas las facetas de la vida.
Ya no sabemos si estamos en crisis, o ya estamos recuperándonos. Si existen
indicadores positivos o negativos.
Grandes empresas que despiden masivamente a trabajadores y al poco tiempo obtienen beneficios records. Estudios
sobre materias primas o de salud, que un día nos dan unos datos, y para nuestra sorpresa, aparecen otros totalmente
contrarios. Ni que decir, de las declaraciones
políticas, las cuales afirman algunas cosas, para desmentirlas más
adelante, lo que solemos denominar, globos
sondas.
Esto conlleva a que los mercados sean cambiantes e impredecibles; tanta información intoxicada (deliberada o no), no ayuda
a la estabilidad y sobre todo a la toma de decisiones, ya que los escenarios son muy confusos, estas
cortinas de humo, no ayudan precisamente a que exista ni un minuto de sosiego. Aunque lo más importante es saber
cuáles van a ser las tendencias para los años venideros, cuáles van a ser las previsiones de los mercados en un futuro próximo.
Cada cual querrá
vender sus propios productos, cada país intentará ofrecer su mejor cara y no sabemos realmente, si mienten o no,
y lo peor de todo que a algunos les interese dejarse engañar. Un ejemplo es China. Muchos analistas se quejan de
la opacidad de sus datos, ya que estamos
hablando de un país que es una dictadura, y sus informaciones son más propaganda que una realidad que
pueda ser constatada por otros medios. Por desgracia, cada vez estamos siendo más acostumbrados a estas
prácticas, en varios países del globo.
Sin embargo, el mayor temor son los órdagos de varios países, con declaraciones o acciones que
sirven para desviar la atención de las críticas
de sus ciudadanos, creando o fomentando
una crisis con un país vecino u otra región, para evitar dar explicaciones
de su pésima gestión. Actualmente vemos como el dirigente ruso, sea anexiona Crimea, el líder de Corea del
Norte habla de armas nucleares, y
otros ejemplos más, que ponen a la humanidad cerca de un ataque de nervios. La mayoría de las veces, solo
terminan en simple farol en una mano de póker.
El miedo es como en el juego, que por
exceso de confianza hace con que lleguemos a un punto sin retorno, el cual, ya
sería demasiado tarde.
A todos nos puede gustar la adrenalina, sobre
todo en los deportes de riesgo, pero desviar la atención, como un truco de magia, dónde todos sabemos que nos están
engañando, pero como no podemos verlo,
aplaudimos por lo bueno que ha sido realizado
el espectáculo, sin darnos cuenta que
aceptamos el hecho de que nos están tomando el pelo. Y es parte de nuestra
sociedad, el convivir con datos y
acciones falseadas. Puede hacernos la vida más fácil, pero gracias a las nuevas tecnologías, podemos evaluar y sobre
todo confirmar dichas informaciones, desde otras fuentes, incluso desde otros países e instituciones. Por
lo que las cortinas de humo pueden ser eficaces, pero cada vez se necesitará más poder mediático, no solo para que sea
efectiva, sino para que perdure eficazmente en el tiempo…….
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