Hay un dicho que dice: “Antes de vender la piel, hay que matar al
oso”. Es decir, no demos las cosas como
realizadas o como hechas, si todavía no la tenemos. Y esto es algo muy
común en el día a día. Creemos que las cosas
están aseguradas o que son mucho más fáciles de lo que realmente son. La economía no es una excepción, más
bien es la regla que confirman estos
hechos. Sencillamente porque damos por ciertas
muchas predicciones, que más tarde, para nuestra sorpresa, han sido erróneas, o incluso desastrosas.
Ahora vemos con asombro
lo que se está hablando de los países
emergentes; que tendrán hasta un 30%
de clase media para el año 2020, lo cual invita a realizar grandes
inversiones para las empresas, que por
culpa de la crisis, necesitan buscar nuevos mercados con urgencia. Sobre todo si son compañías que han llegado
tarde a la fiebre globalizadora de esta
última década.
Pero estas previsiones
pueden tener una trampa, un error de
apreciación. ¿De verdad esta clase
media tendrá un poder adquisitivo suficiente? ¿Comprarán antes los productos nacionales que los importados? ¿Se
endeudarán al no tener renta suficiente?, etc. Muchas interrogantes, las
cuales son complicadas de responder. No olvidemos que los escenarios son cada vez más inestables y cambiantes, y
cualquier variable puede llevar al traste las previsiones anteriormente
realizadas.
También pensemos que
esos países emergentes, la gran
parte de su producción tendrá como
objetivo la exportación a países desarrollados, los cuales paradójicamente,
están empobrecidos como consecuencia de
la deslocalización de sus fábricas a esos mismos mercados emergentes.
Por lo tanto, no está
claro que exista suficiente consumo,
ni en los países productores, ni aquellos que tenían la suficiente renta para comprar. Vivimos en un ambiente
empresarial que exige beneficios a muy
corto plazo, a la vez que existe un gran endeudamiento por las inversiones realizadas. Obviamente el riesgo
que se esta corriendo es muy elevado
y no nos sorprende que algunas grandes empresas estén pasando por dificultades.
Se ha vendido muchas veces la piel, pero este Oso es muy esquivo, muy
escurridizo, y los clientes o ciudadanos
están cada vez más cansados de promesas
incumplidas. Porque al final, algunos se
han repartido los beneficios de las pieles, pero seremos la ciudadanía la que
tendremos que cazar a ese Oso, con gran esfuerzo y riesgo, pero sin tener
ningún beneficio……
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