martes, 11 de marzo de 2014

Vender la piel del Oso....



Hay un dicho que dice: “Antes de vender la piel, hay que matar al oso”. Es decir, no demos las cosas como realizadas o como hechas, si todavía no la tenemos. Y esto es algo muy común en el día a día. Creemos que las cosas están aseguradas o que son mucho más fáciles de lo que realmente son. La economía no es una excepción, más bien es la regla que confirman estos hechos. Sencillamente porque damos por ciertas muchas predicciones, que más tarde, para nuestra sorpresa, han sido erróneas, o incluso desastrosas.
Ahora vemos con asombro lo que se está hablando de los países emergentes; que tendrán hasta un 30% de clase media para el año 2020, lo cual invita a realizar grandes inversiones para las empresas, que por culpa de la crisis, necesitan buscar nuevos mercados con urgencia. Sobre todo si son compañías que han llegado tarde a la fiebre globalizadora de esta última década.
Pero estas previsiones pueden tener una trampa, un error de apreciación. ¿De verdad esta clase media tendrá un poder adquisitivo suficiente? ¿Comprarán antes los productos nacionales que los importados? ¿Se endeudarán al no tener renta suficiente?, etc. Muchas interrogantes, las cuales son complicadas de responder. No olvidemos que los escenarios son cada vez más inestables y cambiantes, y cualquier variable puede llevar al traste las previsiones anteriormente realizadas.
También pensemos que esos países emergentes, la gran parte de su producción tendrá como objetivo la exportación a países desarrollados, los cuales paradójicamente, están empobrecidos como consecuencia de la deslocalización de sus fábricas a esos mismos mercados emergentes.
Por lo tanto, no está claro que exista suficiente consumo, ni en los países productores, ni aquellos que tenían la suficiente renta para comprar. Vivimos en un ambiente empresarial que exige beneficios a muy corto plazo, a la vez que existe un gran endeudamiento por las inversiones realizadas. Obviamente el riesgo que se esta corriendo es muy elevado y no nos sorprende que algunas grandes empresas estén pasando por dificultades.
Se ha vendido muchas veces la piel, pero este Oso es muy esquivo, muy escurridizo, y los clientes o ciudadanos están cada vez más cansados de promesas incumplidas. Porque al final, algunos se han repartido los beneficios de las pieles, pero seremos la ciudadanía la que tendremos que cazar a ese Oso, con gran esfuerzo y riesgo, pero sin tener ningún beneficio……

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